martes, 26 de septiembre de 2017

Qué lejos

La poseía de mi abuela Amparo, es sencilla pero cuando siempre me la leía me decía "es que esto es la verdad" y tenía razón. La verdad, no necesita de artificios, cuanto más sencilla sea, más clara puede explicarse. Todos sus sencillos versos formando cuartetos de arte menor (heptasílavos en su mayoría) con una rima asonante  y en una estructura ABAB son, en realidad, la verdad de su humilde, enorme, bondadoso y a veces decepcionado corazón. ¿Te imaginas heredar sus palabras?

QUÉ LEJOS

Qué lejos y qué cerca
se encuentra el mal
aunque quieras echarlo
contigo siempre va. 

Porque tu boca no grita
cuando tú quieres llorar
porque se agitan las olas
cuando está revuelto el mar. 

Por qué la hojas tan verdes
luego amarillas están
y se pierden en la tierra
y después no salen más. 

Lo mismo somos nosotros
porque la vida nos da
a cada cual un destino
si al final puedes llegar. 

Siempre habrá en tu camino
algo con qué tropezar
pídele a Dios que sea chico
que te puedas levantar. 

A nadie le pidas nada
porque nadie te dará
las alegrías y las penas
al nacer contigo van. 

No luches por conseguir
eso que se llama amar,
si tu corazón no puede
tantas cosas albergar. 

El mundo que Dios no dió
y el que pensaste hallar, 
lo mismo como nacistes
así del mundo te irás. 

Qué paso cuando nací
qué fue lo que ví al llegar
qué me asustó de este mundo
para ponerme a llorar. 

Unos brazos me cogieron
con  amor me hizo callar
lo malo viene después
con el tiempo lo verás. 

Así creciendo poco a poco
con el frío y la humedad
un fuego en la chimenea
y un reloj las doce dan.

La luna entre los nublados
su luz deja de penetrar
por una ventana abierta
a quién le quiere alumbrar. 

Qué es la vida o el dolor
qué es lo que llaman piedad
quién conoce esta palabra
si no sabe perdonar. 

Sonrisas, penas y lágrimas
eso es lo que encontrarás.
no busques algo mejor
sólo trabajo tendrás. 

Los campos verdes y flores
y los pájaros cantar
ellos también tienen miedo
muchos los quieren matar. 

Nadie te dará cobijo
ni siquiera en el portal
dormirás bajo un olivo
cuando te canses de andar. 


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